Sidrería con amplia variedad de tapeo casero para compartir y una carta donde destacan principalmente los pescados y mariscos: merluza, bogavante, pixín…
No he ido desde el cambio de dueños, antes era un sitio de los de siempre. Muy buenos calamares y pescado en general. Sólo tuve una mala experiencia hace años por lo muchisimo que tardarón, pero volví por el buen producto. En general estaba bastante bien para la cocina de pescado clasica a precio correcto
Mala primera experiencia en esta sidrería. Fuimos un grupo de amigos un sábado noche, probamos el pastel de cabracho, los afamados calamares fritos, el pulpo y la parrillada de carne que nos recomendó el camarero. La comida en general tirando a normal (los famosos calamares no tienen nada de excepcional, salvo el precio: 15€) y la parrillada en concreto tirando a mal: escasa cantidad para su elevado precio (45€) y carne difícil de digerir. Postres variados, sangría y chupitos (a los cafés nos invitaron!) unos 30€ por persona. Nos pareció excesivo en relación a la calidad ofrecida. El trato muy amable pero el servicio muy muy lento (y no había mucha gente), demasiado tiempo entre plato y plato, llegamos a las 22:30 y terminamos de cenar a las 2 a.m. Salimos todos bastante decepcionados y, desde luego, para no repetir.
Centrica y clásica sidrería de toda la vida, situada en el centro de Gijón, y en donde hasta hace poco se podían comer buenos pescados y mariscos, hace unos meses cambió de dueños por jubilación del anterior propietario, y sigue en la misma linea que el anterior.
Al utilizar nuestro sitio web, debe consentir el uso de cookies de acuerdo con nuestro: Aviso LegalAceptarRechazar
Aviso Legal
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
No he ido desde el cambio de dueños, antes era un sitio de los de siempre. Muy buenos calamares y pescado en general. Sólo tuve una mala experiencia hace años por lo muchisimo que tardarón, pero volví por el buen producto. En general estaba bastante bien para la cocina de pescado clasica a precio correcto
Mala primera experiencia en esta sidrería. Fuimos un grupo de amigos un sábado noche, probamos el pastel de cabracho, los afamados calamares fritos, el pulpo y la parrillada de carne que nos recomendó el camarero. La comida en general tirando a normal (los famosos calamares no tienen nada de excepcional, salvo el precio: 15€) y la parrillada en concreto tirando a mal: escasa cantidad para su elevado precio (45€) y carne difícil de digerir. Postres variados, sangría y chupitos (a los cafés nos invitaron!) unos 30€ por persona. Nos pareció excesivo en relación a la calidad ofrecida. El trato muy amable pero el servicio muy muy lento (y no había mucha gente), demasiado tiempo entre plato y plato, llegamos a las 22:30 y terminamos de cenar a las 2 a.m. Salimos todos bastante decepcionados y, desde luego, para no repetir.
Centrica y clásica sidrería de toda la vida, situada en el centro de Gijón, y en donde hasta hace poco se podían comer buenos pescados y mariscos, hace unos meses cambió de dueños por jubilación del anterior propietario, y sigue en la misma linea que el anterior.